jueves, 20 de julio de 2017

“Quiso hacer un socialismo distinto”

El cineasta fue amigo personal de Salvador Allende y decidió filmar las últimas horas del asesinado presidente chileno como una ficción basada en “la trascendencia de un hombre que elige un momento clave en su destino y decide morir para vivir”, según confiesa.
La imagen del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, protagonizado por el dictador Augusto Pinochet contra el gobierno democrático de Salvador Allende, nunca se le borró de la memoria a millones de ciudadanos chilenos. Tampoco nunca se le esfumaron sus recuerdos recurrentes al prestigioso cineasta Miguel Littin, quien desde los 60 era amigo personal del hombre que logró la llegada del socialismo al poder por la vía del voto. Al momento de producirse el golpe, Littin era director de la productora estatal Chile Films. Fue un cargo que ocupó durante toda la gestión de la Unidad Popular (1970-1973). En su exilio en México y España, los años pasaron para Littin. Sin embargo, siempre le venía ese momento doloroso a la mente. Y lo obsesionaba contar cinematográficamente cómo habían sido las últimas horas del presidente Allende en el Palacio de La Moneda, más allá del hecho político. Se lo preguntaba más bien desde “la trascendencia de un hombre que elige un momento clave en su destino y decide morir para vivir”, según dice el director chileno, en diálogo con Página/12. Quería contarlo “de una manera cotidiana, desde un ser humano, no como héroe del Olimpo”, agrega. El resultado es Allende en su laberinto, que se proyectará hoy a las 20 en el estudio del artista plástico y docente de pintura Alberto Morales (Humahuaca 3857). La avant première será más bien un encuentro íntimo: la capacidad del lugar es limitada y sólo puede accederse por reservas al mail estudioalbertomorales@gmail.com.

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